Se
trata de la obra que estaba escribiendo Ana María Matute
cuando le sobrevino la muerte, la novela pues quedó inacabada y sin embargo el
lector encontrará un texto de gran calidad donde la autora despliega muchas de
sus obsesiones y demonios todo ello, cuajado de la simbología y el mundo propio
de la autora.
Conocemos
a Eva, joven novicia huérfana de madre que
saldrá atropelladamente del convento ante la amenaza de incendio para regresar
a casa con su padre, el Coronel,
quien consigue así rescatar a su hija, estamos en los inicios de la guerra
civil española. En esta primera parte, La ventana de
los halcones, conocemos a través de los ojos de Eva su asfixiante vida en la “casa de los fantasmas” donde creció y
donde se reúnen muchas de las obsesiones de la autora como son el rencor, el
silencio, el odio y sobre todo la falta de cariño hacia una hija que creció
bajo el amparo de la criada Magdalena y
la vigilancia de Yago, la sombra del Coronel.
Será
en la segunda parte, Vértigo,
cuando la historia se desarrolle en torno al personaje de Eva y
su viaje hacia la madurez a sus dieciséis años. Viaje que tendrá que emprender
cuando en el bosque descubra junto a Yago
un paracaidista herido que decidirán esconder en el desván.
“Menos es más”,
titulará María Paz Ortuño el epílogo
que acompaña a la novela donde recoge muchos datos sobre cómo se gestó el texto
pero no desvela el futuro de la trama y mucho menos el probable final. Quizás
no sea necesario, quizás la magia del texto sea suficiente para el lector y
como ella misma escribe:
[…] “La última palabra que Matute escribió fue “Mada”. Tal vez
no pudiera – o no quisiera – escribir más.
Puede que tenga el valor de lo que falta del “menos es más” y
sea un último guiño que nos ha dejado, una obra sin terminar para que la
imaginemos y la inventemos nosotros, para que de la mano de ella hagamos
literatura” […]
María Paz Ortuño
Hasta
luego, Vela.
Ficha Técnica:
Editorial: DESTINO
Año de Edición: 2014
Páginas N °: 182 Páginas