Pues
termina otra semana más del larguísimo mes de enero y volvemos a las buenas
costumbres, sí lo habéis adivinado, hoy os propongo un comienzo de libro que me
ha sorprendido y gustado a la vez.
Nunca había leído una obra de este aut@r a
pesar de las buenas críticas que tiene hasta este título que empieza así:
PRIMERA
PARTE
“Verás. Los árboles de
esta historia empiezan a agitarse, tiemblan, se recolocan. Soplan unas ráfagas
de brisa marina y se diría que los árboles, por su inquietud, por la impaciencia
con la que mueven la copa, sepan que va a pasar algo.
No
hay nadie en el jardín, en el patio tampoco; solo unos tiestos de geranios y
espuela de caballero se estremecen con el viento. Hay un banco en el césped y,
a una distancia prudencial, dos sillas frente a frente. Una bicicleta reposa
apoyada contra la casa, los pedales inmóviles, la cadena engrasada no se mueve.”
Y
eso es todo, os parece poco, os suena…pues ya sabéis en unos días os dejo al descubierto
título e impresiones sobre el libro.
Hasta
luego, Vela.