Editorial:
SALAMANDRA, S.A.
Año:
2004
Nº
de páginas: 272 págs.
ISBN:
9788478889105
|
A
veces nos acercamos a historias que en apariencia parecen simples y sin
embargo, nos llevan de la mano a experiencias distintas, enriquecedoras que de
alguna forma recordaremos y se quedarán con nosotros algún tiempo.
Así
ocurre con este libro, nos cuenta el autor la historia de Christopher, un chico
adolescente, quien cierta noche descubre la muerte del perro de su vecina Wellintgton
pero un malentendido lo hace parecer culpable.
A partir de este hecho, Christopher
decide demostrar su inocencia investigando las circunstancias del accidente y
descubriendo al culpable emulando así a su admirado Sherlock Holmes. Sin saberlo
comenzará aquí un viaje iniciático para el adolescente que no imagina todos los
secretos que desvelarán el incidente.
Para
el lector curioso añadiré algunos datos sustanciales que modificarán la visión
de la historia que os he presentado.
La
voz narrativa es la del propio Christopher, adolescente muy inteligente con
ciertas manías, es capaz de recitarnos la ley de la relatividad pero no concibe
que las personas sean puedan mentir. A medida que el lector avanza descubre
entre líneas que el chico sufre algún trastorno, probablemente síndrome de
Asperger, aunque nunca se especifique en el libro.
Mientras
realiza su investigación iremos descubriendo el día a día al que se enfrenta Christopher
en su mundo ordenado y previsible y las dificultades que todo esto acarrea en
la relación con su padre. De manera muy hábil, el autor va intercalando
capítulos donde nos narra la historia real, lo que está pasando, lo cual, nos
permite conocer la percepción del mundo que tiene Christopher y cómo nos
comportamos los adultos.
El
autor logra en el libro acercarnos al drama y dolor que provocan estas enfermedades en
las familias sin caer en excesos y mostrarnos situaciones, reflexiones de Christopher
que nos sacuden como la descripción de su sueño favorito: la Tierra está completamente
deshabitada, todos los seres humanos han muerto menos él y esto lo hace feliz
porque así no tiene que relacionarse con nadie.
El
resultado es un libro ameno que merece la pena leer, muy original y diría que
hasta osado.
Hasta
pronto, Vela.
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