viernes, 16 de mayo de 2014

"UN TRANVÍA LLAMADO DESEO", de Tennessee Williams



Hace poco hablaba con una amiga quien me confesaba que no le gustaba mucho leer teatro porque “le falta el envoltorio”.

Probablemente tenga algo de razón, cuando leemos una obra teatral tenemos delante un conjunto de diálogos donde afloran los sentimientos y reflexiones de los diferentes personajes pero donde no encontraremos ningún narrador que nos vaya guiando o aclarando la trama y esto para mí, hace que el texto tenga más vida, es una suerte de magia que solo puede conjurarse leyendo una obra de teatro.

Así que hoy os invito al teatro y os dejo al descubierto todo un clásico de la escena “Un tranvía llamado deseo", de Tennessee Williams.

Después de tomar un tranvía llamado Deseo, Blanche DuBois llega a los Campos Elíseos vecindario de Nueva Orleans donde vive su hermana Stella felizmente casada con Stanley Kowalski, de origen polaco.

Pero aquel lugar está muy lejos del entorno social donde crecieron ambas hermanas, nacidas en una holgada familia sureña de Missisipi disfrutaron de las comodidades de la hacienda Belle Reve donde todavía continuaba Blanche, hasta que las deudas y el despilfarro hacen que ésta quede en manos de los acreedores. Sin residencia y sin trabajo Blanche se ve obligada a visitar a su querida hermana Stella quien, al igual que el lector, pronto descubrirá que son muchos los secretos que Blanche guarda como su dependencia al alcohol, su escandaloso pasado amoroso, las verdaderas razones de su pérdida de empleo y su inestabilidad emocional.

Igualmente Blanche descubrirá horrorizada la tormentosa vida de su hermana, casada con un hombre vulgar, violento todo un patán que comienza a sentirse menospreciado con su presencia.

Tennessee Williams llevó magistralmente a escena todo aquello que ocurría en el sur en los convulsos años 40, mostró la decadencia de la aristocracia sureña, la dependencia de la mujer y la enfrentó a la sangre emprendedora de los inmigrantes encarnada en el personaje de Kowalski. La tensión entre los protagonistas, Blanche y Kowalski es tan extrema e intensa que llevarán al lector del amor al odio dejándole un poso de compasión.


Después del enorme éxito teatral la obra fue llevada al cine y es imposible no tener en mente a los actores Vivien Leight y Marlon Brando, Blanche y Stanley respectivamente, mientras se lee el texto pero el lector no debe dejarse engañar, Brandon edulcoró el personaje de Kowalski elevándolo incluso a protagonista gracias a su gran magnetismo y su belleza. Cuando en verdad, Kowalski encarna la crueldad y violencia extrema hacia otro de los problemas que Tennessee Williams se atrevió a llevar a escena, la locura.


Vivien Leight (Blanche) y Marlon Brandon (Stanley) en la adaptación cinematográfica de la obra (año 1951)

Una de las mejores obras teatrales del siglo XX adaptada fielmente al cine y totalmente recomendable, libro duro con temas muy actuales que resultarían escandalosos en esa época como son la homosexualidad, el deseo en la mujer ó la hipocresía sureña. Todo ello sin olvidar una frase del prólogo escrito por Arthur Miller (enero 2004) para la presente edición que resume perfectamente la obra:

 […] “Un tranvía es un grito de dolor, olvidar esto es olvidarse de la obra” […]

Hasta luego, Vela.

Ficha Técnica:
Editorial: ALBA EDITORIAL                                           
Año de edición: 2007
Nº páginas: 264 páginas

2 comentarios:

  1. esta obra me parece magnífica. La capacidad del autor para despertar sentimientos viscerales ante la pasión de sus personajes me pareció siempre tremenda
    Besos

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  2. Es asombrosa la fuerza que tiene el texto.

    Un abrazo, Vela.

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