Como
ya os adelanté no leo obras de ciencia ficción así pues, me dejé aconsejar y me
lance sin paracaídas con este título que hoy os dejo al descubierto “Un mundo feliz” de
Aldous Huxley.
Sería
justo admitir que previamente decidí eliminar todos los prejuicios previos que
tenía al género de ciencia ficción si quería disfrutar de la lectura y el
resultado fue una sacudida, imaginad un libro escrito en 1932 que describa un
futuro que en parte ya estamos viviendo. Algunos estaréis pensando en otros
adelantados, sólo os diré que la propuesta de futuro de Aldous
Huxley es más inquietante.
La
propuesta del autor nos describe un Londres futurista donde la sociedad se
fundamenta en una democracia perfecta. Los individuos se dividen en castas
desde la más inteligente a la más estúpida: Alphas, Betas, Gammas, Deltas y
Epsilones, se les incitan al consumo y al entretenimiento convirtiéndolos en felices
esclavos sin saberlo, pues esta sociedad utiliza la ciencia, la técnica e
incluso las drogas para el condicionamiento y control de los individuos.
En
esta perfecta sociedad los individuos son creados, decantados, en laboratorios
y desde el comienzo se van manipulando genéticamente hasta lograr la casta
deseada, trabajo complementado con un condicionamiento desde la infancia para
convertirlos en consumistas, libertinos y comunitarios. El resultado es una
sociedad completamente deshumanizada desde el mismo momento de la creación que
continúa manipulando al individuo durante el crecimiento y aprendizaje.
Aldous Huxley
crea una sociedad donde todos son felices porque todos han sido creados acordes
a una de las castas y no aspiran otros intereses. Cuando aparecen ideas propias
se les suministra vacaciones de esa nostalgia a través del soma, una droga
sintética de las que todos son dependientes.
En
este mundo ideal existen también personas humanas nacidas en aquellos lugares
donde los recursos no eran atractivos y por lo tanto, continuaron salvajes sin
que la maquinaria del futuro los arrasara. Su vida transcurre en colonias donde
permanecen libres para adorar a sus dioses, casarse y formar familia de manera
tradicional. Será uno de estos salvajes, John, quien desequilibre este mundo
feliz al incorporarse a esta sociedad.
La
lectura de “Un mundo feliz” no me ha
dejado indiferente, el estilo es sencillo, ágil, lleno de ironía donde el autor
plantea cuestiones que hacen reflexionar al lector. En definitiva, es una
novela absorbente que logra inquietar al lector sobre un futuro demasiado cercano.
Hasta
luego, Vela.
Ficha Técnica:
Editorial: DEBOLSILLO (Plaza & Janés)
Año de edición: 2000 (1ª Edición año 1932)
Nº páginas: 255 páginas
Lo que parecía ciencia ficción acaba convirtiéndose casi en una novela realista, ¿verdad?
ResponderEliminarBesos,
Tienes toda la razón y descubrirlo resulta muy inquietante.
ResponderEliminarUn abrazo.