domingo, 5 de julio de 2015

"SECRETOS DEL ARENAL", de Félix G. Modroño

Tras el éxito de su anterior libro, “La ciudad de los ojos grises” tenía mucho interés en conocer y leer la nueva obra que hoy os dejo al descubierto “Secretos del arenal”, de Félix G. Modroño.

Conocemos a Silvia, hija de una familia dedicada a la vinicultura, que vive atormentada desde la muerte de su hermana a finales de los años ochenta, un crimen que continúa sin resolver. Silvia se nos presenta como una mujer libre y capaz de amar a más de un hombre a la vez, su pareja David y de manera esporádica, Mateo, un famoso sumiller.

Paralelamente a la historia de Silvia, que se desarrolla fundamentalmente en Bilbao, el autor nos propone otra historia, otra mujer y otra ciudad. 
Se trata de Sevilla donde vive una jovencísima Olalla Carmona, educada con sus tías tras la muerte de sus padres durante los alzamientos pues la historia de Olalla se desarrolla en tiempos de la postguerra. Tras este dramático suceso, la joven comenzará a descubrir la difícil época que le ha tocado vivir.

Poco a poco, las historias se ambas mujeres se entrelazarán y el lector descubrirá el nexo de unión entre aquel pasado de Olalla y el presente de Silvia.

Con un estilo sencillo y ágil Félix G. Modroño va descubriendo los secretos de estas mujeres en un texto salpicado de notas poéticas con referencias a grandes autores como Miguel Hernández ó Agustín Calvo y su inmortal "Libre te quiero".

Se trata de una novela entretenida, llena de curiosidades y anécdotas de una época donde la historia oficial censuraba la verdadera, la historia que ocurría en las calles.

Hasta luego, Vela.


Ficha Técnica:
XLVI Premio de Novela Ateneo de Sevilla
Editorial: ALGAIDA EDITORES                              
Año de Edición: 2014
Páginas N °: 381 Páginas

2 comentarios:

  1. Lo he leído. Me gustó. La mezcla de tiempos e historias, la unión entre ambas, y las curiosidades que señalas y que desconocía.
    Besos

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  2. Cierto, es una mezcla de todo ello que resulta muy entretenida.

    Un abrazo, Vela.

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