Pues
ya pasó otra semana, en mi caso bastante movidita y retomando un poco las
fechas hoy os dejo el comienzo de un libro con mucha historia:
Desierto del Rajastán
Año 1632
A medianoche, la aldea
parecía una nube de libélulas. Las velas ardían en la entrada de las casas, en
los santuarios, al pie de los árboles junto al río. Una leve brisa acariciaba
las llamas. ¡A la Señora Gran-Fortuna le hago reverencias!, gritaban las
mujeres. ¡La luz vence la oscuridad, el bien al mal, se iluminan los hogares y
nuestros corazones!, vitoreaban mientras terminaban de preparar los altares de
incienso y flores.
Y
bien, esta vez la acción está situada en un espacio y tiempo que aportan
bastantes pistas, ¿lo habéis leído ya?, en breve lo dejamos al descubierto…
Hasta
luego, Vela.
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