¿Qué
tal se presenta el fin de semana?, ¿muchos planes lectores?...en mi caso he
decidido empezar retomando buenas costumbres tras un mes de marzo agitado. Sí,
no hay nada como volver a la rutina, palabra muy infravalorada…¿por qué será?.
En serio, he tenido un mes algo movidito, fiestas de por medio, donde he podido
leer poco y no siempre bueno.
Rescato uno de esos títulos que me han acompañado
y os dejo sus primeras líneas que dicen así:
1
Madrid, 12 de diciembre
de 2015
Tiene el aliento de
vidrio. Se ha despertado en una habitación de paredes rojas. Aún es de noche.
Respira aliviada. Hay una ventana con las cortinas entreabiertas. La luz de un
cartel de neón parpadea sobre la cama, sobre su vientre desnudo. No se atreve a
moverse. Escucha el ruido de los coches, la madrugada envuelve la Gran Vía en
un atasco. Recuerda dónde está. Quién es. Qué ha hecho. Él permanece a su lado,
vivo, sumergido en la respiración de los sueños. ¿Qué hora será?, se pregunta.
Siente frío.
¿Y
bien?, sabéis ya cuál el libro que os propongo. Comienza de manera muy
sugerente y os puedo asegurar que es una lectura con tintes exóticos. En fin,
no puedo decir más hasta dentro de una semana aproximadamente donde os
descubriré algo más.
Hasta luego, Vela.
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